Llega el verano y en esta época salimos a la calle más que nunca. Las tardes de piscina, los días en el campo o las vacaciones en la playa son más que habituales. Hay diversos productos y accesorios que no pueden faltar cuando nos enfrentamos al calor del exterior. El protector solar facial y el corporal son indispensables.
Aunque la mayoría de las personas usan un protector solar para todo el cuerpo, lo cierto es que debería de emplear dos diferentes. Para que sepas por qué es tan importante tener un protector solar facial y un protector solar corporal, te lo explicamos en el blog de Farmacia Dalí.
Diferencias entre el protector solar facial y el corporal
La principal diferencia entre el protector solar facial y el corporal radica en que están formulados para cubrir necesidades distintas. La piel del rostro es más fina, delicada y sensible que la del resto del cuerpo. Está más expuesta a factores como el sol, el viento y la contaminación. Presenta condiciones específicas como acné, rosácea, sensibilidad o signos de envejecimiento. Por eso, el protector solar facial está desarrollados con fórmulas más suaves, ligeras y no comedogénicas que no obstruyen los poros.
Por otro lado, el protector solar corporal suele tener una textura más densa o untuosa. Está pensado para cubrir zonas más amplias como brazos, piernas, espalda y abdomen, donde la piel es más resistente. Prioriza la durabilidad, la hidratación y la resistencia al agua o al sudor, especialmente durante actividades al aire libre o en la playa.
Además de la textura y la sensibilidad, los ingredientes marcan otra gran diferencia. Los protectores solares faciales suelen incorporar componentes con beneficios cosméticos o dermatológicos. Como ácido hialurónico para hidratar, niacinamida para calmar la piel o antioxidantes para prevenir el envejecimiento prematuro. En cambio, los corporales se enfocan en ofrecer una protección eficaz en grandes superficies, sin tantos activos específicos.
Usar un protector corporal en el rostro puede provocar obstrucción de poros, aparición de granitos, exceso de brillo o incluso irritación. En el caso contrario, usar protector facial en el cuerpo sí es posible. No es lo más práctico ya que suelen presentarse en envases más pequeños y ser más caros. Aunque ambos tipos cumplen la función de proteger contra los rayos UV, es importante usar cada uno en su zona.