cambio de hora

En otoño y en primavera toca el cambio de hora. Cuando llegan los meses cálidos, adelantamos una hora el reloj (las 2 son las 3) mientras que en otoño se retrasan las manecillas 60 minutos (las 3 son las 2) para entrar en el horario de invierno. El motivo de esta modificación horaria es por una cuestión de eficiencia enérgica (a estas alturas está más que cuestionada). Precisamente ayer, 28 de octubre, tocó hacer este cambio en nuestros relojes lo que implica que necesitaremos unos días para adaptarnos y acomodarnos a las nuevas horas de luz. En muchos casos, esta modificación tiene efectos negativos sobre la salud ya que alteramos nuestra rutina. Al retrasar o adelantar esa hora, estaremos forzando al cuerpo.

Con el horario de invierno, nos levantaremos antes de que salga el sol lo que provocará una sensación de cansancio ya que el cuerpo se activa con la luz. Esa fatiga puede acompañarte durante todo el día lo que hará que aumente tu nivel de estrés y ansiedad ya que tendrás la sensación de que no puedes con todo, que no puedes con tu rutina. Y no solo amanece más tarde, sino que también anochece antes. En algunos casos, muchos trabajadores salen y entran de casa de noche ya que sobre las seis o seis y media ya habrá anochecido. Esto provocará que el cuerpo comience a segregar melatonina antes, la hormona que favorece el sueño. En resumen, tendremos más sueño, estaremos más cansados, apáticos, irritados, de mal humor y sin ganas de hacer nada.

Desde Farmacia Dalí te damos unas pautas para adaptarte lo más rápido posible a este cambio de hora.

Consejos para adaptarse al cambio de hora

  • Adaptarse progresivamente. Es posible que te cueste conciliar el sueño lo que hará que te quedes dormido más tarde. El problema es que el despertador sonará a la misma hora de siempre. Hay que intentar levantarse y acostarse a la misma hora de siempre.
  • Evita las siestas. Al principio estarás cansado, pero si no estás acostumbrado a dormir siestas lo único que harás será alterar aún más el reloj interno. Al no dormir siesta, conciliarás el sueño antes y, por tanto, poco a poco irás regulando el reloj interno.
  • Cenas ligeras. Haz una cena ligera ya que te ayudará a conciliar mejor el sueño. Asimismo, evita consumir cafeína y alcohol.
  • Aprovecha la luz solar. Nos vamos a cercando al invierno lo que significa menos horas de luz. Intenta aprovechar al máximo las horas de sol. Por ejemplo, si puedes sal a pasear sobre las cuatro o cinco de la tarde.
  • Deporte. El ejercicio físico puede ayudar a adaptarnos al cambio de hora ya que aumentará los niveles de serotonina. Actuará nuestro cuerpo, nos dará más energía y estaremos de mejor humor.

Con estas recomendaciones conseguirás adaptarte poco a poco al horario de invierno evitando que tu salud se vea afectada. Recuerda que es un trastorno leve, en cuatro días la gran mayoría ya estaremos adaptados. Las personas mayores de 50 años necesitarán algún día más ya que se reduce la capacidad de adaptación según vamos haciéndonos mayores. Del mismo modo, los niños también notan mucho el cambio de hora ya que suelen seguir rutinas estrictas.