Como ocurre cada verano, las olas de calor son una parte de nuestro día a día. No hay que tomarlas a la ligera ya que el calor y la humedad extremos pueden resultar muy incomodos y poner en riesgo la salud. Sobre todo, en lactantes, los niños y niñas pequeños, las mujeres embarazadas y las personas de avanzada edad que son más vulnerables.
Si no se toman medidas, este tipo de calor puede provocar golpes de calor e incluso la muerte. Con el cambio climáticos, las olas de calor cada vez son más largas y frecuentes. Se produce cuando el aire caliente se queda atrapado en la atmósfera. Las emisiones de gases de efecto invernadero atrapan el calor durante una mayor cantidad de tiempo y por eso hay más.
¿Qué hacer para combatirlas? ¿Hay remedios para evitarlas? En el blog de Farmacia Dalí queremos ayudarte a ti y a tu familia para protegeros durante una ola de calor. Y, sobre todo, saber qué medidas debes tomar en caso necesario.
Pautas para prepararte para las olas de calor veraniegas
Lo primero es prepararte, es decir informarte de cuanto calor y humedad hay en el ambiente para planificar tus salidas. Ten en casa un botiquín de primeros auxilios que contenga sobres de sales de rehidratación oral (SRO), un termómetro, botellas de agua, toallas. E infórmate de cómo pedir ayuda ya que hay teléfono de contacto directo con los profesionales de la salud.
Tu hogar es otra parte importante ya que pasaremos la mayor parte del día encerrados en él. Debe ser lo más fresco posible y para ello corre las cortinas y baja las persianas. Al menos hazlo durante las horas más calurosas del día. Abre las ventanas solo para refrescar tu casa por la noche. Y usa ventiladores y aire acondicionados si dispones de ellos para hacer frente de una manera más efectiva.
Si puedes evitarlo, no salgas a la calle en los momentos más calurosos del día. Organiza actividades a primera hora o a ultima hora cuando hace más fresco. Y cuando salgas a pasear o a tomar algo, usa siempre protector solar. Intenta estar en la sombra y también pueden emplear sombreros o sombrilla para protegerte del calor.
Para mantener tu cuerpo fresco, bebe agua a intervalos regulares, aunque no tengas sed. No lleves exceso de ropa, que ésta sea siempre de algodón ya que absorbe la sudoración y reduce las erupciones en la piel. Siempre liviana y holgada que no te apriete. Lleva siempre agua para hidratarte y una toalla para hidratarte humedeciéndola.